Las tendencias económicas de los últimos diez años en
Es decir: el país vivió atravesado, desde el nacimiento del peronismo en 1946, por dos doctrinas contrapuestas: la liberal, por un lado (que habría que traducir como conservadora) y la industrialista, más al estilo keynesiano, con participación clave del Estado en la orientación económica. La doctrina liberal/conservadora basó toda su estrategia productiva en una economía cuasi pastoril: la exportación de granos y carnes eran el motor de las cuentas. "Con una cosecha nos salvamos", decían los argentinos a nivel popular, pero basados en el discurso imperante que bajaba desde la cima del poder.
Ambas doctrinas convivieron hasta la crisis brutal del año 2001. Que fue una crisis política antes que nada, pero que arrastraba todos los males del las políticas neoliberales impuestas por José Alfredo Martínez de Hoz (miembro de la más rancia oligarquía) y seguida desde el menemismo por Domingo Cavallo. La economía de los años noventa se basó en una irrealidad: la paridad uno a uno con el dólar, herramienta que Cavallo y los economistas de su tiempo llamaron "convertibilidad". La irrealidad era tal que
La crisis del año 2001 obligó a la dirigencia a ensayar nuevos caminos para remontar el desastre. A principios de 2002,
Esa fue la consecuencia de aplicar políticas neoliberales por más de 30 años.
En 2003 asume la presidencia Néstor Kirchner, un peronista crítico del menemismo y del liberalismo, y empieza a aplicar políticas neokeynesianas (es decir, con clara participación del Estado en las decisiones económicas) y lentamente el país comenzó a remontar su economía. Kirchner aplicó retenciones (impuestos) a las exportaciones rurales y al petróleo. Esas retenciones sirvieron para financiar con créditos al sector industrial, que comenzaba a vivir un proceso de "sustitución de importaciones" y a fabricar en el país lo que antes compraba en el extranjero.
En 2004 el país comenzó a crecer gracias a estas políticas intervencionistas. Desde entonces, y hasta hoy, la tasa de crecimiento (promedio) fue de casi 8 por ciento. Hubo subsidios a los sectores más débiles de la economía y de la sociedad, subsidios que recién a fines de 2011 fueron retirados gradualmente.
El resultado de estas políticas industrialistas fue asombroso desde el punto de vista de la expansión del empleo y a la hora de hacer frente a la crisis económica mundial
De cualquier manera, la economía de la última década aún tiene muchas asignaturas pendientes. La pobreza sigue siendo un estigma social pero las políticas implementadas demostraron ser mucho más eficaces de las predicadas por el neoliberalismo en todo el mundo.
Por Ana Capalbo y Luz Carrera
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